Uno de los retos que reclama nuestra realidad es el de educarnos financieramente. Sin embargo, aunque mucho escuchemos este estribillo, a veces no nos queda tan claro a qué se refiere, cómo abordar los aspectos más relevantes de esta educación. Entonces, ¿de qué manera puedo acceder a este conocimiento? El tema de la educación financiera en el presente va de la mano, es inseparable, del tema de la digitalización. Esto ocurre porque en la última década, y recién, con lo acontecido con el tema de la pandemia en el finalizado 2020, todo lo que ocurre en la economía obedece, indefectiblemente, a procesos donde la digitalización financiera funciona como el medio eficaz, eficiente y competente donde se encauza lo económico, sustituyendo a los mecanismos, controles y procedimientos que, de siempre, constituyeron el “hacer” de la economía en el transcurso de los siglos. Para muestra un botón, el rol que las “fintech” cumplen en la actualidad las convierte en empresas exitosas y confiables. Su flexibilidad, agilidad y seguridad en el campo financiero como pequeñas empresas que actúan en plataformas online, constituyen parte del soporte de todo el sistema financiero internacional. Un ejemplo revelador de estas empresas en España es finguru.es, ella te presenta las mejores opciones en los diversos tipos de préstamos personales que existen en el mercado.                                

Ventajas de educarnos digital y financieramente.

No está demás acotar las ventajas que implica este tipo de educación pues, al saberlas, se despeja el horizonte de importancia del cual depende nuestra salud financiera. Sin querer ser excesivos, señalaremos lo que creemos cardinal en este camino:

• Lo primero, se debe dar el paso definitivo e impostergable hacia la digitalización, porque ella ya es “la vía” para nuestros planes económicos. No hay manera de evadirse, queramos o no la dinámica financiera empuja hacia ella, al punto que, lo que no se logre por este medio, entonces no existirá. No existen alternativas que funcionen en su nivel.   
• La prelación digital, como todo lo que viene para quedarse, se facilita mientras más la usemos. Adoptarla es adaptarnos. No requiere demasiado esfuerzo, en la medida que nos actualicemos más rápidamente gozaremos las preeminencias de avanzar, junto a la tecnología, hablando su mismo idioma y evitando contratiempos.
• Cuando te apropias de este conocimiento no sólo estás en posesión de tu cuenta bancaria vía digital. No, además estás formalizando todos los ámbitos financieros que el mercado abre para ti, recursos enormes que diversifican los instrumentos de crédito, por ende, las oportunidades. En este proceso de conocer y entender posibilidades diversas, de curiosear e investigar, entrarás en contacto con las circunstancias ideales que personalizarás desde tu conveniencia, así tendrás el conocimiento necesario para tomar la decisión que mejor se ajuste a tus requerimientos.
• En países como España tenemos la oportunidad de aprovechar las condiciones que nuestra sociedad ofrece. Poseemos servicios de calidad en cuanto a conectividad, acceso a equipos de última generación, alta velocidad de transmisión en las comunicaciones y, financieramente, créditos excelentes. Esto no ocurre en la mayor parte del planeta.

Lo que hemos vivido en esta pandemia que aún padecemos, es la causa más convincente para que, sin dilación, incorporemos las enseñanzas necesarias que dicta la actualidad a fin de reforzar nuestras habilidades financieras. No existe mejor forma de adquirir este aprendizaje que por la experiencia propia, el deseo de participar y conocer los detalles que dibujan el panorama donde se debaten, en un futuro que ya está aquí,  los proyectos que emprendamos. La prioridad es educarnos financieramente, estar a la altura de nuestras aspiraciones.