Economía, pandemia y proyección.

Economía, pandemia y proyección.

Actualidad

El estado de la economía en pandemia

Hoy día, cuando volvemos la vista atrás, no nos queda ninguna duda de que el mundo ha cambiado. No existen límites para el asombro, lo que la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto es la enorme fragilidad mundial a la que está atada la economía. Este tiempo ha afectado las bases productivas más sólidas, ha paralizado buena parte de la arquitectura financiera internacional trayendo como consecuencia una ampliación de las desigualdades. Las desventajas se multiplicaron para los sectores más débiles y prácticamente todos hemos sido marcados por esta huella calamitosa para la que no estábamos preparados. El acento mundial que acompaña a la pandemia ha logrado que todos acusemos el impacto: naciones, empresas y personas en crisis. Panorama agravante mostrando otra contingencia de riesgo: que la recuperación no sea tan rápida como deseamos.

La crisis, el sujeto y la conectividad

En los individuos concretos se reconoce a viva piel el efecto contundente de la crisis, cada quien tiene una historia que contar. No solo la circunstancia de aislamiento que nos obligó a cambiar la forma en que vivíamos, también surgen historias en el nivel económico que resienten el impacto de este trance. Lo vivido deja claro que la actitud a debe cambiar, asumir que ingresamos, sin lugar a dudas, en el comienzo de otra ciclo, un momento de la historia que nos obliga a comparecer ante una representación económica con pautas distintas a las del pasado reciente, nuevos esquemas son necesarios para abordar cambios de actitud y de conciencia.

La pandemia algo deja en claro en la economía: dependemos del acceso al ciberespacio, a sus redes, para adecuarnos a una dinámica que pueda resolver el ámbito financiero. La “conectividad” es la palabra clave en estos nuevos tiempos. Debemos entender que en estos términos se debate el futuro. Lo que podamos o no hacer con los recursos que manejemos tiene este cuaderno de ruta, es requisito obligatorio. No solo los más importantes centros de producción bursátil del orbe pasan por allí, también la banca a la que normalmente acudimos, las plataformas financieras y, en general, todo lo que podamos usar en estos ámbitos, son parte creciente de este flujo de una realidad indetenible. En España gravitamos desde hace buen rato alrededor de este contexto, la economía personal se ha visto auxiliada por plataformas financieras que han multiplicado los créditos y aportado diversas soluciones financieras a un público cada vez más numeroso, creando inclusión en sectores más débiles que antes no tenían acceso a estas opciones. Por ejemplo, finguru, responde perfectamente a esta idea de economía y ofrece alternativas puntuales, rápidas y efectivas a sus clientes.

¿Qué se espera del futuro después de la pandemia?

Grupos económicos y financieros de importancia planetaria como el Banco Mundial, han comenzado a debatir sobre el futuro de la economía, sobre la dirección que amerita, en términos de naciones y políticas globales, reconocer lo que habrá de venir. Revisar estos planteamientos resulta necesario para derivar enseñanzas que los ciudadanos apliquen sobre sí mismos. Primordialmente estos planteamientos radican sobre tres argumentos: sostenibilidad, resiliencia e innovación.

Resiliencia e innovación son materias pendientes en la educación financiera de los ciudadanos. Debemos asirnos a la necesidad de reinventarnos, este umbral de época que adviene con la pandemia apunta hacia la consonancia, representa asumir formas adecuadas y responsables que generen beneficios capaces de proyectar y crear, para todos, un mundo en verdad sostenible. 

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