Democratización del Crédito ¿debemos tener cuidado?

Democratización del Crédito ¿debemos tener cuidado?

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Los efectos de la situación pandémica que vive el planeta apenas comienzan a verse. Son consecuencias complejas, con valoraciones complicadas de categorizar. Si no aplicamos una mirada cuidadosa sobre sus efectos y secuelas nos exponemos al desatino, perdemos la posibilidad de entender y aprender que aporta este tiempo crucial. En el campo financiero destaca el portentoso papel de la digitalización, que ha permitido resolver las necesidades más básicas de la ecuación comercial, nos referimos no solo a pagos y cobros sino también al amplio espectro de herramientas que potenciaron las posibilidades de crédito para el ciudadano común. La mejor información en el mercado de préstamos español la encuentras en Finguru, allí encontrarás lo necesario para tomar decisiones convenientes para tus proyectos.

De los efectos indudables a considerar destaca la digitalización, ella ha inundado toda actividad humana. Y, en lo que nos concierne, la economía, una de las certezas aprendidas de la digitalización comunicativa es que este cambio no sólo es consecuencia de lo generado por la pandemia, sino que va acompañado por el diseño de una política global de Democratización del Crédito, que unida a las urgencias del COVID-19 liberaron y desregularon el mercado financiero ampliando las posibilidades para que “todos puedan acceder a un amplio rango de servicios financieros de calidad a precios razonables con conveniencia, respeto y dignidad, entregados por un rango de proveedores en un mercado estable y competitivo parta clientes financieramente capaces.”   

Pero en toda oportunidad existen riesgos y la democratización del crédito arrastra la probabilidad del sobreendeudamiento.

¿Qué es el sobreendeudamiento?

Cuando, por múltiples factores, el ciudadano entra en una situación de incapacidad para pagar de manera puntual las obligaciones financieras asumidas, entonces estamos seguramente tocando los límites que lindan con el sobreendeudamiento. En otras palabras, la democratización del crédito puede generar el peligro de incurrir en algún tipo de insolvencia que limite la capacidad de pago de las personas, afectando su capacidad para responder responsablemente a sus compromisos.

La mirada aplicada al sobreendeudamiento no debe individualizarse, es erróneo pensar que este es un problema aislado del individuo, ya que su incidencia se acrecienta con las fluctuaciones del mercado. Los planteamientos económicos pueden llevar al alza el endeudamiento, como sucedió en la crisis de las hipotecas subprime que generó la crisis financiera del año 2008. En otras palabras, los sobreendeudamiento no son competencia solo del individuo que entra en crisis de impagos, sino que puede ser la consecuencia de factores externos con raíces globales. Por lo tanto, debe ser tratado como un problema de salud financiera social que vincule políticas nacionales en donde el Estado y la Banca aporten sendos esfuerzos para aminorar su impacto.

¿Qué debemos tener presente?

El sobreendeudamiento es un problema que debe atacarse desde diversos frentes: bancarios, legislativos, políticos e individuales, pero aquí nos centraremos en el consumidor. Básicamente se requiere tener:

  • Educación financiera, claro, esta educación debe llevar su contraparte en la educación formal, integrando sus contenidos en la enseñanza académica.
  • Tiempo para estudiar la información financiera suministrada por las entidades de crédito, permitiéndonos ejercer criterios comparativos de acuerdo a la exploración que hayamos realizado.
  • Asesoramiento con organizaciones públicas o privadas que orienten la futura decisión.

Ajustar el enfoque en la perspectiva adecuada es imprescindible. Esta realidad nos hace susceptibles por ello debemos cuidar de no errar en nuestras decisiones financieras.

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