Ser individuos autónomos, financieramente hablando, es poder retribuir satisfactoriamente compromisos económicos asumidos. Este hecho elemental es una realidad tan evidente que en ocasiones olvidamos su importancia como factor fundamental de bienestar, es salud financiera que nos otorga un rango de libertad y control sobre la vida que vivimos. En el orden que imprimamos a los gastos e ingresos propios descansa la el equilibrio de nuestro transcurrir. Las finanzas nos permiten no solo obtener un nivel de prosperidad sino, algo aún más importante, la prudencia indispensable para poder disfrutar de una saludable tranquilidad. En Finguru, encontrarás la información necesaria que te permita tomar las decisiones acertadas para tus problemas financieros y lograr ese equilibrio que te brinde tranquilidad.

El Presupuesto Familiar

Una familia requiere ordenarse financieramente. Eso se inicia con un presupuesto familiar, porque él adelanta la distribución de gastos e inversiones posibles. Al cuantificar monetariamente nuestros proyectos, los planes que asumamos, los compromisos adquiridos y las actividades que consideremos necesarias, estaremos poniendo números a ingresos y egresos, visualizaremos los flujos de entrada y salida, pudiendo comprender dónde debemos recortar y cuándo flexibilizar el gasto, estaríamos dentro de un programa familiar determinado por necesidades y aspiraciones que den sentido a proyectos de corto, mediano y largo plazo. El presupuesto evita bracear en un mar de indeterminaciones, anticipa certezas de cuánto de lo percibido podrá disponerse para materializar lo anhelado. Si existen más ingresos que gastos puede pensarse en inversiones; si fuese al contrario deberíamos recortar gastos y buscar otras fuentes de financiamiento que subsanen los déficits. Nada de esto es posible preverlo si carecemos de un presupuesto que nos prepare para afrontar cualquiera de estas circunstancias.

Qué debemos tener en cuenta para una buena salud financiera

Luego de que tengamos hecho el presupuesto familiar que nos da claridad sobre el mapa financiero donde estamos parados, es importante que tengamos en cuenta cuáles datos resultan imperiosos tener presentes. Numeramos algunos para que  puedas orientarte:

• Respetar los límites. El presupuesto arrojará unos límites, ellos dependerán de la distribución de gastos e ingresos. Límites siempre habrá, podemos alargarlos o contraerlos pero siempre tendremos esas zonas que nos alerta de hasta dónde podemos movilizarnos. Los límites no constriñen sino que nos ponen en causa, nos obligan a pisar la realidad. Lo que violenta y altera nuestra tranquilidad es no respetarlos, por allí se inicia cualquier declive.
• Las metas posibles. Ellas se diseñan en función de nuestros límites. Debemos poseer metas claras y factibles porque cada vez que las logremos crecerá la confianza, entonces ellas comenzarán a ser cada vez más ambiciosas sin estar alejadas de la realidad que habitamos. Sobra decir que las metas se construyen sobre el verbo ahorrar, sin el ahorro las metas se diluyen en sueños.
• Conocer el perfil de riesgo. El perfil se visualiza al tomar en cuenta el presupuesto de forma sino integral. No es una mirada precisa sobre un mes o una parte de lo que él arroja, se trata de hacer un recorrido, en el tiempo y en los datos, del comportamiento que tenemos en el actuar financiero, esto nos dará una mayor claridad de los riesgos que asumimos y de los imponderables que pudiéramos afrontar.

La salud financiera es uno de los componentes vitales en el compendio de estados sociales, físicos y psicológicos que implica la salud.