Los nuevos consumidores

Los nuevos consumidores

Actualidad

La pandemia y el mundo on-line

Si algo ha cambiado significativamente la pandemia es la actitud con la cual procedemos en nuestro rol como consumidores. Pareciera que este trance al que nos somete el COVID-19, el sentimiento de ahogo que nos ha impuesto mediante las diversas y obligantes limitaciones de movilidad física, han precipitado una tendencia indetenible hacia la consolidación de la realidad virtual donde habitamos. Lo que surgió en el último cuarto del siglo pasado repercute indetenible en nuestra vida, es la omnipresencia del mundo on-line.

Para nadie es un secreto lo altamente improbable que es morar el presente sin estar conectados, las redes sociales son algo más vital de lo que supusimos y aquello que, en principio, era diversión para adolescentes, es ahora una valiosa necesidad. El ciberespacio resuelve buena parte de nuestra interacción social y comercial, sustituye la presencia física mediante la conectividad virtual. No hay duda de que, por ejemplo, en el terreno de los servicios financieros las plataformas resuelven, al instante, múltiples necesidades económicas, es el caso de finguru, quienes pueden orientar y llevar a buen fin tus proyectos.

Somos importantes: ahora opinamos.

Nos encontramos pues, en un escenario que tiene sus ventajas, aunque la situación pandémica, en general, no responda a lo que aspirábamos vivir. Las compras en la web, el uso de apps que te acercan a cualquier actividad, desde hacer ejercicios, jugar, comprar todo tipo de artefactos, servicios e innumerables otras ocupaciones, son parte del día a día de las redes sociales. Ellas han impactado la forma en la cual percibíamos el funcionamiento de nuestro mundo.

Uno de los cambios más sobresalientes se observa en el hecho de que, como consumidores, ahora somos más participativos, menos pasivos, ejercemos con más propiedad el criterio selectivo y nuestra opinión vale. Internet es un medio que se retroalimenta, que necesita de nosotros, muy al contrario de lo que sucedía pocas décadas atrás cuando la televisión, la radio y la prensa, que transmitían sus mensajes en una sola dirección, nos hacían seres neutros. Lo se opinó en el pasado cayó, para dichos medios, en la indiferencia.

Consumidores que se superan: los “Prosumers

Las crisis son para vivirlas porque de ellas devienen aprendizajes. La pandemia del COVID-19, trajo un potente factor de crisis, nos sumergió de lleno en esa dinámica de la comunicación bidireccional: lo que recibimos y lo que entregamos. Esto nos permite abordar un nuevo rol, el de ser productores. Alvin Toffler, al principio de la década de los 80 del pasado siglo bautizó como prosumer al tipo de consumidor que produce al consumir, ya que al interactuar obliga las empresas al rastreo de opiniones, las influencia obligándolas a reinventarse para lograr complacer los requerimientos particulares del cliente. Así pues, ser prosumidor es una destreza creciente en el comercio contemporáneo.

¿Qué cualidades posee un prosumidor?

La literatura al respecto coincide en señalar las siguientes:

  • Estar informado, es indispensable educarse en los temas concernientes a los productos que se desean.
  • Ser crítico, afinar el aspecto analítico permite poseer una visión metódica que reconoce fallos y aciertos en la oferta.
  • Formarse un criterio, porque poseer razones en función de su conocimiento impedirá la manipulación. El prosumidor depende de la contundencia de sus argumentos.  

¿Eres un prosumidor? ¿Has asumido esta adaptación que nos regala la crisis?  Si no lo has hecho, deberías intentarlo.